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CALDILLO EXTREMEÑO. Un manjar de dioses (TRAILER)

hay un recuerdo gastronómico por excelencia de mi infancia en la que dijera, pero ¿qué es esta maravilla que estoy comiendo? Esa es sin duda la receta que te voy a enseñar a hacer hoy. Aún veo con claridad a mi madre tostando unas rebanadas de pan y untando este manjar de dioses llamado caldillo (si, ya sé que el nombre muy comercial no es). El primer mordisco fue cómo que se abrieron los cielos, cayó sobre mí una luz celestial y un coro de ángeles empezara a tocar en mi paladar, pero que cosa tan buena y no, no estoy exagerando, este paté untado en un pan recién tostado era, posiblemente, lo mejor que había probado hasta la fecha, pero con mucha diferencia. Desde ese momento, cada vez que mi tía iba al pueblo no dejaba de recordar a mi madre que la encargase que trajese más de esa gozada porque era digno de los paladares más exigentes. Por todos esos recuerdos y por qué me encanta dar visibilidad a todas estas recetas tradicionales hoy te lo explico con todo lujo de detalles para que disfrutes al igual que yo de esta delicia cómo un niño. Esta receta me la facilitó mi madre a través de mi tía Carmen que va mucho por Extremadura que a su vez se la pasó algún conocido en Villafranca de los Barros, lugar de origen de esta receta. La receta que me pasaron llevaba el triple de manteca de la que yo voy a usar puesto que en su momento, la manteca hacía las veces de agente conservador natural, cosa que ya no es necesaria puesto que a día de hoy disponemos de frigoríficos y congeladores que nos ayudan en esta tarea de conservación de los alimentos, por lo tanto, una receta tradicional ligeramente adaptada a los tiempos modernos donde el trabajo físico es menor, hay más sedentarismo y sobre todo uno mira más por su salud, si puedes disfrutar de algo igual de rico pero con menos grasa pues la verdad es que la premisa es buena, menos manteca y más hígado.